‘Cuéntame cómo pasó’, una serie emblemática de la televisión española, narra la historia de la familia Alcántara a través de décadas de cambios sociopolíticos en España.

Antonio Alcántara, interpretado magistralmente por Imanol Arias, es una representación compleja de un hombre de la época, cuya vida se ve profundamente afectada por los acontecimientos históricos y los cambios culturales del país.
Antonio, marcado desde su infancia por sentirse el segundo hijo en una familia tradicional, lleva consigo esa percepción de ser un ‘segundón’ a lo largo de su vida. Esta percepción inicial desempeña un papel crucial en la conformación de su carácter, impulsándolo a superar constantemente sus propias expectativas y las de quienes lo rodean.
El episodio 411 de ‘Cuéntame’ inicia con una inesperada nota musical: la canción de trap viral de El Coleta y Cecilio G dedicada a Antonio Alcántara, un gesto que destaca el profundo impacto de la serie de TVE en diversas generaciones.
Esta melodía acompaña una escena diaria de Antonio frente al espejo del baño, donde se refleja su rutina de autoafirmación, ahora teñida de nostalgia y reflexión. Mientras se mira, un montaje visual revela cómo ha cambiado su rostro a lo largo de los años, simbolizando su continua lucha contra el inexorable paso del tiempo.

A sus 73 años, Antonio enfrenta un nuevo desafío: un examen médico necesario para renovar su licencia de conducir. Sin embargo, los nervios le pasan factura durante la prueba psicotécnica, llevándolo a fallar. Para ocultar este revés a su familia, miente, afirmando haber tenido éxito.
En paralelo a estos eventos personales, una crisis surge en la bodega familiar en Sagrillas. Una falla en la válvula de limpieza provoca que el vino se derrame sin control, convirtiendo la situación en un caos que Antonio debe resolver. Este incidente lo obliga a dejar a su familia en Madrid justo antes de Nochevieja, simbolizando la constante tensión entre sus responsabilidades empresariales y su vida familiar.
El viaje a Sagrillas no es solitario; lo acompaña su nieta Sol, una niña prodigio interpretada por Sofía Otero. A lo largo del episodio, Sol se convierte en una figura central, no solo por su inteligencia y elocuencia poco comunes para su edad, sino también por cómo enfrenta a su abuelo con verdades incómodas. En un giro dramático, durante un descuido de Antonio mientras atiende la crisis en las bodegas, Sol se pierde entre los viñedos, un evento que agudiza aún más las tensiones y conflictos dentro de la familia Alcántara.
Confrontado con la posibilidad de perder algo tan preciado como su nieta, y abrumado por los desafíos del tiempo y la edad, Antonio contempla una decisión drástica: vender las viñas y la bodega a Somoza, uno de sus más acérrimos rivales en el pueblo. Este plan se desmorona cuando descubre que la avería en la bodega fue una trampa de Somoza para apoderarse de su negocio. Este descubrimiento es crucial para Antonio, quien, con la ayuda de su esposa Mercedes, recobra su confianza y determinación. Mercedes, siempre su soporte emocional, lo persuade para que no venda su legado y su historia.

Armado con esta nueva perspectiva y resolución, Antonio confronta a Somoza, deshaciendo el acuerdo de venta y recuperando no solo su patrimonio, sino también su autoestima. Determinado a superar sus obstáculos, se enfrenta nuevamente al examen médico y, esta vez, logra la ansiada renovación de su licencia de conducir.
El episodio culmina con Antonio y Mercedes celebrando la llegada del año 2000. Mientras las campanadas suenan, reflejando el inicio de una nueva era, Antonio mira al futuro con esperanza y determinación, personificando la promesa de que, a pesar de los desafíos y el paso del tiempo, lo mejor de la vida aún está por venir. En esa noche estrellada, el protagonista contempla un avión surcando el cielo, simbolizando su propia ascensión y renovación, mientras Mercedes, a su lado, reconoce orgullosamente su fortaleza y resiliencia.