Julieta y Saúl, ¿Fuera de La Casona?
Raimundo habla en serio: no quiere a Julieta y Saúl en La Casona, espera que se vayan por las buenas. Fernando, por su parte, no va a contradecir los deseos de Raimundo: han de marcharse. Prudencio en cambio se lleva una desagradable sorpresa con esta imposición.
Cuando están a punto de marcharse, llega Prudencio con urgencia y les pide que se queden.
La ira de Antolina
Antolina afirma saber de lo sucedido por Elsa y así consigue disipar las dudas de su marido.
A la par, arranca con una estrategia para hacer creer a todos que está teniendo un embarazo complicado, así se asegura atenciones que de otra manera no tendría.
El gran incendio
Enfadada con la situación de abstinencia sexual y rechazo, Antolina decide vengarse… de pronto, la madera que con tanta ilusión compró Isaac, arde como una tea.
Trabajo para Isaac
Isaac busca a Carmelo tras haber recibido el recado de Antolina, por suerte, lo busca por trabajo: el marqués de Laso quiere contratar sus servicios.
Esto puede asegurarle trabajo de por vida. Isaac vuelve de la entrevista a casa con el gesto descompuesto, tanto es así que Antolina cree que le ha ido mal. ¿Qué ha pasado?
Isaac todavía no sale de su asombro: el marqués le ha hecho un encargo fabuloso: diseñar la librería del palacete. Pronto podrá pagar a Matías, pero pronto advierte que el proyecto del marqués le viene grande. Antolina lo anima y le ofrece la solución.
Gonzalo y Raimundo hablan con Julieta y Saúl
Julieta no está dispuesta a asumir el cambio de actitud de Raimundo sin luchar y le echa en cara a Saúl su poca implicación.
A las sospechas de Julieta se le suma un encuentro al que asiste de Gonzalo y Mauricio con toda discreción: ¿qué traman?
La pareja a punto de salir de La Casona
Raimundo habla en serio: no quiere a Julieta y Saúl en La Casona, espera que se vayan por las buenas.
Dolores en busca de Tiburcio
Onésimo tiene que poner al día a Dolores: ¡Tiburcio se ha ido a buscarla a China! Dolores se pone como objetivo único encontrarle.
Dolores pide ayuda en el consistorio para que le ayuden a encontrar a Tiburcio, aunque para ello tengan que ponerse en contacto con ejércitos extranjeros.
Adela recibe una visita
Adela está cuidando a Carmelito cuando aparece Anacleto por sorpresa: busca a Irene Campuzano. Adela recuerda cómo Irene le comentó la mala impresión que el tipejo le había causado.